Tuesday

February 13, 2024


Section 1 of 4

Genesis 46

About 3.9 Minutes

Israel emprendió el viaje con todas sus pertenencias. Al llegar a Berseba, ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. Esa noche Dios habló a Israel en una visión:

—¡Jacob! ¡Jacob!

—Aquí estoy —respondió.

—Yo soy Dios, el Dios de tu padre —le dijo—. No tengas temor de ir a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación. Yo te acompañaré a Egipto y yo mismo haré que vuelvas. Además, cuando mueras, será José quien te cierre los ojos.

Luego Jacob salió de Berseba. Los hijos de Israel hicieron que su padre Jacob, sus hijos y sus mujeres subieran en los carros que el faraón había enviado para trasladarlos. También se llevaron el ganado y las posesiones que habían adquirido en Canaán. Fue así como Jacob y sus descendientes llegaron a Egipto. Con él se llevó a todos sus hijos, hijas, nietos y nietas, es decir, a todos sus descendientes.

Estos son los nombres de los israelitas que fueron a Egipto, es decir, Jacob y sus hijos:

Rubén, el primogénito de Jacob.

Los hijos de Rubén:

Janoc, Falú, Jezrón y Carmí.

10 Los hijos de Simeón:

Jemuel, Jamín, Oad, Jaquín, Zojar y Saúl, hijo de una cananea.

11 Los hijos de Leví:

Guersón, Coat y Merari.

12 Los hijos de Judá:

Er, Onán, Selá, Fares y Zera. (Er y Onán habían muerto en Canaán).

Los hijos de Fares:

Jezrón y Jamul.

13 Los hijos de Isacar:

Tola, Fuvá, Job y Simrón.

14 Los hijos de Zabulón: Séred, Elón y Yalel.

15 Estos fueron los hijos que Jacob tuvo con Lea en Padán Aram, además de su hija Dina. En total, entre hombres y mujeres eran treinta y tres personas.

16 Los hijos de Gad:

Zefón, Jaguí, Suni, Esbón, Erí, Arodí y Arelí.

17 Los hijos de Aser:

Imná, Isvá, Isví, Beriá, y su hermana que se llamaba Sera.

Los hijos de Beriá:

Héber y Malquiel.

18 Estos fueron los hijos que Zilpá tuvo con Jacob. Zilpá era la esclava que Labán había regalado a su hija Lea. Sus descendientes eran en total dieciséis personas.

19 Los hijos de Raquel, la esposa de Jacob:

José y Benjamín.

20 En Egipto, José tuvo los siguientes hijos con Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On: Manasés y Efraín.

21 Los hijos de Benjamín:

Bela, Béquer, Asbel, Guerá, Naamán, Ehí, Ros, Mupín, Jupín y Ard.

22 Estos fueron los descendientes de Jacob y Raquel, en total catorce personas.

23 El hijo de Dan:

Jusín.

24 Los hijos de Neftalí:

Yazel, Guní, Jéser y Silén.

25 Estos fueron los hijos que Jacob tuvo con Bilhá. Ella era la esclava que Labán regaló a su hija Raquel. El total de sus descendientes fue de siete personas.

26 Todos los familiares de Jacob que llegaron a Egipto, y que eran de su misma sangre, fueron sesenta y seis, sin contar a las nueras. 27 José tenía dos hijos que nacieron en Egipto. En total los familiares de Jacob que llegaron a Egipto fueron setenta.

28 Jacob envió adelante a Judá a ver a José, para que le indicara el camino a Gosén. Cuando llegaron a esa región, 29 José hizo que prepararan su carruaje y salió a Gosén para recibir a su padre Israel. Cuando se encontraron, José se fundió con su padre en un abrazo y durante un largo rato lloró sobre su hombro.

30 Entonces Israel dijo a José:

—¡Ya me puedo morir! ¡Te he visto y aún estás con vida!

31 José dijo a sus hermanos y a la familia de su padre:

—Voy a informarle al faraón que mis hermanos y la familia de mi padre, quienes vivían en Canaán, han venido a quedarse conmigo. 32 Le diré que ustedes son pastores que cuidan ganado y que han traído sus ovejas y sus vacas, y todo cuanto tenían. 33 Por eso, cuando el faraón los llame y pregunte a qué se dedican, 34 díganle que siempre se han ocupado de cuidar ganado, al igual que sus antepasados. Así podrán establecerse en la región de Gosén, pues los egipcios detestan el oficio de pastor.


Section 2 of 4

Mark 16

About 2.1 Minutes

Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé compraron especias aromáticas para ir a ungir el cuerpo de Jesús. Muy de mañana, el primer día de la semana, apenas salido el sol, se dirigieron al sepulcro. Iban diciéndose unas a otras: «¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?». Pues la piedra era muy grande.

Pero al fijarse bien, se dieron cuenta de que estaba corrida. Al entrar en el sepulcro, vieron a un joven vestido con un manto blanco, sentado a la derecha, y se asustaron.

—No se asusten —dijo—. Ustedes buscan a Jesús el Nazareno, el que fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron. Pero vayan a decirles a sus discípulos y a Pedro: “Él va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán, tal como les dijo”.

Temblorosas y desconcertadas, las mujeres salieron huyendo del sepulcro. No dijeron nada a nadie porque tenían miedo.

Cuando Jesús resucitó en la madrugada del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había expulsado siete demonios. 10 Ella fue y avisó a los que habían estado con él, que estaban lamentándose y llorando. 11 Pero ellos, al oír que Jesús estaba vivo y que ella lo había visto, no lo creyeron.

12 Después se apareció Jesús en otra forma a dos de ellos que iban de camino al campo. 13 Estos volvieron y avisaron a los demás, pero no les creyeron a ellos tampoco.

14 Por último, se apareció Jesús a los once mientras comían; los reprendió por su falta de fe y por su obstinación en no creerles a los que lo habían visto resucitado.

15 Les dijo:

—Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas noticias a toda criatura. 16 El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado. 17 Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en nuevas lenguas, 18 tomarán serpientes con sus manos y, cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno; pondrán las manos sobre los enfermos y estos recobrarán la salud.

19 Después de hablar con ellos, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. 20 Los discípulos salieron y predicaron por todas partes, y el Señor los ayudaba en la obra y confirmaba su palabra con las señales que la acompañaban.


Section 3 of 4

Job 12

About 3.6 Minutes

A esto respondió Job:

«¡No hay duda de que ustedes son el pueblo!
    ¡Muertos ustedes, morirá la sabiduría!
Pero yo tengo tanto cerebro como ustedes;
    en nada siento que me aventajen.
    ¿Quién no sabe todas esas cosas?

»Yo, que llamaba a Dios y él me respondía,
    me he vuelto el hazmerreír de mis amigos;
    ¡soy un hazmerreír, justo e íntegro!
Dice la gente que vive tranquila:
    “¡Al daño se añade la injuria!”,
    “¡Al que está por caer, hay que empujarlo!”.
Los salteadores viven tranquilos en sus tiendas de campaña;
    confiados viven esos que irritan a Dios
    y piensan que pueden controlarlo.

»Pero interroga a los animales y ellos te darán una lección;
    pregunta a las aves del cielo y ellas te lo contarán;
habla con la tierra y ella te enseñará;
    con los peces del mar y te lo harán saber.
¿Quién de todos ellos no sabe
    que la mano del Señor ha hecho todo esto?
10 En sus manos está la vida de todo ser vivo
    y el aliento que anima a todo ser humano.
11 ¿Acaso no comprueba el oído las palabras
    como la lengua prueba la comida?
12 Entre los ancianos se halla la sabiduría;
    en los muchos años, el entendimiento.

13 »Con Dios están la sabiduría y el poder;
    suyos son el consejo y el entendimiento.
14 Lo que él derriba, nadie lo levanta;
    a quien él apresa, nadie puede liberarlo.
15 Si él retiene las lluvias, hay sequía;
    si las deja caer, se inunda la tierra.
16 Suyos son el poder y el buen juicio;
    suyos son los engañados y los que engañan.
17 Él hace que los consejeros anden descalzos
    y que los jueces pierdan la cabeza.
18 Despoja de su autoridad a los reyes
    y ata una soga a su cintura.
19 Él hace que los sacerdotes anden descalzos
    y derroca a los que tienen el poder.
20 Acalla los labios de los consejeros
    y deja sin discernimiento a los ancianos.
21 Cubre de desprecio a los nobles
    y desarma a los poderosos.
22 Pone al descubierto los más oscuros abismos
    y saca a la luz las sombras más profundas.
23 Engrandece o destruye a las naciones;
    las hace prosperar o las dispersa.
24 Priva de sensatez a los líderes de la tierra
    y los hace vagar por desiertos sin senderos.
25 Sin luz, los hace andar a tientas en medio de la oscuridad
    y los hace tambalear como borrachos.


Section 4 of 4

Romans 16

About 2.8 Minutes

Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia de Cencreas. Pido que la reciban dignamente en el Señor, como conviene hacerlo entre hermanos en la fe; préstenle toda la ayuda que necesite, porque ella ha ayudado a muchas personas, entre las que me cuento yo.

Saluden a Priscila y a Aquila, mis compañeros de trabajo en Cristo Jesús. Por salvarme la vida, ellos arriesgaron la suya. Tanto yo como todas las iglesias de los no judíos les estamos agradecidos.

Saluden igualmente a la iglesia que se reúne en la casa de ellos.

Saluden a mi querido hermano Epeneto, el primer convertido a Cristo en la provincia de Asia.

Saluden a María, que tanto ha trabajado por ustedes.

Saluden a Andrónico y a Junías, mis parientes y compañeros de cárcel, destacados entre los apóstoles y convertidos a Cristo antes que yo.

Saluden a Amplias, mi querido hermano en el Señor.

Saluden a Urbano, nuestro compañero de trabajo en Cristo, y a mi querido hermano Estaquis.

10 Saluden a Apeles, que ha dado tantas pruebas de su fe en Cristo.

Saluden a los de la familia de Aristóbulo.

11 Saluden a Herodión, mi pariente.

Saluden a los de la familia de Narciso, fieles en el Señor.

12 Saluden a Trifena y a Trifosa, las cuales se esfuerzan trabajando por el Señor.

Saluden a mi querida hermana Pérsida, que ha trabajado muchísimo en el Señor.

13 Saluden a Rufo, distinguido creyente en el Señor, y a su madre, que ha sido también como una madre para mí.

14 Saluden a Asíncrito, a Flegonte, a Hermes, a Patrobas, a Hermas y a los hermanos que están con ellos.

15 Saluden a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los hermanos que están con ellos.

16 Salúdense unos a otros con un beso santo.

Todas las iglesias de Cristo les mandan saludos.

17 Ruego, hermanos, que se cuiden de los que causan divisiones y dificultades, y van en contra de lo que a ustedes se les ha enseñado. Apártense de ellos. 18 Tales individuos no sirven a Cristo nuestro Señor, sino a sus propios deseos. Con palabras suaves y lisonjeras engañan a los ingenuos. 19 Es cierto que ustedes viven en obediencia, lo que es bien conocido de todos y me alegra mucho; pero quiero que sean astutos para el bien e inocentes para el mal.

20 El Dios de paz aplastará muy pronto a Satanás bajo los pies de ustedes.

Que la gracia de nuestro Señor Jesús sea con ustedes.

21 Saludos de parte de Timoteo, mi compañero de trabajo, como también de Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes.

22 Yo, Tercio, que escribo esta carta, los saludo en el Señor.

23 Saludos de parte de Gayo, de cuya hospitalidad disfrutamos yo y toda la iglesia de este lugar.

También mandan saludos Erasto, que es el tesorero de la ciudad, y nuestro hermano Cuarto. 24 

25 Al que puede fortalecerlos a ustedes conforme a mi evangelio y a la predicación acerca de Jesucristo, según la revelación del misterio que durante largos siglos se mantuvo en secreto, 26 pero que ahora ha sido revelado por medio de los escritos proféticos, según el propio mandato del Dios eterno, para que todas las naciones obedezcan a la fe, 27 al único sabio Dios, sea la gloria para siempre por medio de Jesucristo. Amén.

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