Thursday

November 14, 2024

Section 1 of 4

1 Chronicles 5-6

About 11.2 Minutes

Descendencia de Rubén, primogénito de Israel.

Rubén era el primogénito, pero en la genealogía no fue reconocido como tal por haber profanado el lecho de su padre. Su derecho de primogenitura pasó a los hijos de José, hijo de Israel. Y aunque es verdad que Judá fue más poderoso que sus hermanos, y hasta llegó a ser su gobernante, la primogenitura pasó a José. Estos fueron los hijos de Rubén, primogénito de Israel:

Janoc, Falú, Jezrón y Carmí.

Los descendientes de Joel en línea directa:

Semaías, Gog,

Simí, Micaías,

Reaías, Baal

y Beerá, jefe de los rubenitas. A este último se lo llevó cautivo Tiglat Piléser, rey de Asiria.

Estos fueron los parientes de Beerá, según los registros genealógicos de sus familias:

Jeyel el jefe, Zacarías y Bela, hijo de Azaz, hijo de Semá, hijo de Joel.

Bela habitó en Aroer, y su territorio se extendía hasta Nebo y Baal Megón. Por el oriente se extendía hasta el borde del desierto que colinda con el río Éufrates, pues sus ganados aumentaron mucho en la tierra de Galaad.

10 En el tiempo de Saúl le declararon la guerra a los agarenos. Los derrotaron y se establecieron en la región oriental de Galaad.

11 Estos fueron los hijos de Gad que habitaron frente a los rubenitas en la región de Basán, hasta llegar a Salcá:

12 Joel fue el jefe en Basán; el segundo, Safán; luego, Janay y Safat.

13 Sus parientes, según las familias patriarcales, fueron siete en total:

Micael, Mesulán, Sabá, Joray, Jacán, Zía y Éber.

14 Estos fueron los hijos de Abijaíl, hijo de Jurí, hijo de Jaroa, hijo de Galaad, hijo de Micael, hijo de Jesisay, hijo de Yadó, hijo de Buz.

15 El jefe de sus familias era Ají, hijo de Abdiel y nieto de Guní.

16 Estos habitaron en Galaad, en Basán y sus aldeas, y en todos los campos de pastoreo de Sarón, hasta sus confines.

17 La genealogía de ellos se registró en el tiempo de Jotán, rey de Judá, y de Jeroboán, rey de Israel.

18 Los rubenitas, los gaditas y los de la media tribu de Manasés contaban con un ejército de cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta hombres valientes, armados de escudo y de espada, hábiles en el manejo del arco y diestros en la guerra. 19 Combatieron a los agarenos y a Jetur, Nafis y Nodab. 20 Y como confiaban en Dios, clamaron a él en medio del combate y él los ayudó a derrotar a los agarenos y a sus aliados. 21 Se apoderaron de su ganado (cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas y dos mil burros) y capturaron a cien mil personas, 22 a muchas de las cuales mataron, porque Dios estaba con ellos. En ese lugar habitaron hasta el tiempo del exilio.

23 Los hijos de la media tribu de Manasés eran numerosos y se establecieron en el país, desde Basán hasta Baal Hermón, Senir y el monte Hermón.

24 Los jefes de sus familias patriarcales fueron Éfer, Isí, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Yadiel. Todos ellos eran guerreros valientes, hombres importantes y jefes de sus respectivas familias patriarcales. 25 Pero fueron infieles al Dios de sus antepasados, pues se prostituyeron al adorar a los dioses de los pueblos de la región, a los cuales Dios había destruido delante de ellos. 26 Por eso el Dios de Israel incitó contra ellos a Pul, es decir, a Tiglat Piléser, rey de Asiria. Este deportó a los rubenitas, los gaditas y a la media tribu de Manasés, llevándolos a Jalaj, Jabor, Hará y al río Gozán, donde permanecen hasta hoy.

Estos fueron los hijos de Leví:

Guersón, Coat y Merari.

Hijos de Coat:

Amirán, Izar, Hebrón y Uziel.

Hijos de Amirán:

Aarón, Moisés y Miriam.

Hijos de Aarón:

Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.

Eleazar fue el padre de Finés.

Finés fue el padre de Abisúa,

Abisúa fue el padre de Buquí,

Buquí fue el padre de Uzi,

Uzi fue el padre de Zeraías,

Zeraías fue el padre de Merayot,

Merayot fue el padre de Amarías,

Amarías fue el padre de Ajitob,

Ajitob fue el padre de Sadoc,

Sadoc fue el padre de Ajimaz,

Ajimaz fue el padre de Azarías,

Azarías fue el padre de Johanán,

10 Johanán fue el padre de Azarías, quien ejerció el sacerdocio en el Templo que Salomón construyó en Jerusalén.

11 Azarías fue el padre de Amarías,

Amarías fue el padre de Ajitob,

12 Ajitob fue el padre de Sadoc,

Sadoc fue el padre de Salún,

13 Salún fue el padre de Jilquías,

Jilquías fue el padre de Azarías,

14 Azarías fue el padre de Seraías,

y Seraías fue el padre de Josadac.

15 Josadac fue llevado al cautiverio cuando el Señor deportó a Judá y a Jerusalén por medio de Nabucodonosor.

16 Los hijos de Leví:

Guersón, Coat y Merari.

17 Hijos de Guersón:

Libní y Simí.

18 Hijos de Coat:

Amirán, Izar, Hebrón y Uziel.

19 Hijos de Merari:

Majlí y Musí.

Estos fueron los descendientes de los levitas por sus familias.

20 Los descendientes de Guersón en línea directa fueron:

Libní, Yajat,

Zimá, 21 Joa,

Idó, Zera

y Yatray.

22 Los descendientes de Coat en línea directa fueron:

Aminadab, Coré,

Asir, 23 Elcaná,

Ebiasaf, Asir,

24 Tajat, Uriel,

Uzías y Saúl.

25 Los hijos de Elcaná fueron:

Amasay y Ajimot.

26 Los descendientes de Ajimot en línea directa fueron:

Elcaná, Zofay,

Najat, 27 Eliab,

Jeroán

y Elcaná.

28 Los hijos de Samuel fueron:

Joel, el primogénito,

y Abías, el segundo.

29 Los descendientes de Merari en línea directa fueron:

Majlí, Libní,

Simí, Uza,

30 Simá, Jaguías

y Asaías.

31 Estos fueron los que David puso a cargo del canto en el Templo del Señor, desde que se colocó allí el arca. 32 Ellos ya cantaban en la Tienda de reunión, delante del santuario, antes de que Salomón edificara el Templo del Señor en Jerusalén. Luego continuaron su ministerio según las ordenanzas establecidas.

33 Estos y sus hijos estuvieron a cargo del canto:

De los descendientes de Coat,

el cantor Hemán

fue hijo de Joel, descendiente en línea directa de Samuel,

34 Elcaná, Jeroán,

Eliel, Toa,

35 Zuf, Elcaná,

Mahat, Amasay,

36 Elcaná, Joel,

Azarías, Sofonías,

37 Tajat, Asir,

Ebiasaf, Coré,

38 Izar, Coat,

Leví e Israel.

39 A la derecha de Hemán se colocaba su pariente Asaf,

hijo de Berequías, descendiente en línea directa de Simá,

40 Micael, Baseías,

Malquías, 41 Etní,

Zera, Adaías,

42 Etán, Zimá,

Simí, 43 Yajat,

Guersón y Leví.

44 A la izquierda de Hemán se colocaba

Etán, hijo de Quisi, que era de sus parientes los meraritas

y descendiente en línea directa de Abdí, Maluc, 45 Jasabías,

Amasías, Jilquías, 46 Amsí, Baní,

Sémer, 47 Majlí, Musí, Merari

y Leví.

48 Sus hermanos los levitas estaban al servicio del santuario, en el Templo de Dios. 49 Aarón y sus hijos estaban encargados de quemar las ofrendas sobre el altar de los holocaustos y sobre el altar del incienso. De acuerdo con lo ordenado por Moisés, siervo de Dios, eran también responsables de todo lo relacionado con el Lugar Santísimo y de ofrecer el sacrificio por el perdón de pecados de Israel.

50 Los descendientes de Aarón en línea directa fueron:

Eleazar, Finés,

Abisúa, 51 Buquí,

Uzi, Zeraías,

52 Merayot, Amarías,

Ajitob, 53 Sadoc

y Ajimaz.

54 Estos fueron los territorios donde vivían los descendientes de Aarón. A las familias de los coatitas se les adjudicó por sorteo:

55 Hebrón, en la tierra de Judá, con sus campos de pastoreo. 56 A Caleb, hijo de Jefone, le tocaron el campo de la ciudad y sus aldeas. 57 A los descendientes de Aarón les entregaron las siguientes ciudades de refugio: Hebrón, Libná, Jatir, Estemoa, 58 Hilén, Debir, 59 Asán y Bet Semes, con sus respectivos campos de pastoreo.

60 De la tribu de Benjamín les dieron Gueba, Alemet y Anatot, con sus respectivos campos de pastoreo.

En total les tocaron trece ciudades, distribuidas entre sus familias.

61 Al resto de los descendientes de Coat les tocaron por sorteo diez ciudades de la media tribu de Manasés.

62 A los descendientes de Guersón, según sus familias, les dieron trece ciudades de las tribus de Isacar, Aser y Neftalí, y de la tribu de Manasés que estaba en Basán.

63 A los descendientes de Merari, según sus familias, les tocaron por sorteo doce ciudades de las tribus de Rubén, Gad y Zabulón.

64 Fue así como los israelitas entregaron a los levitas estas ciudades con sus campos de pastoreo.

65 Les adjudicaron por sorteo las ciudades de las tribus de Judá, Simeón y Benjamín, las cuales ya han sido mencionadas.

66 Algunas de las familias descendientes de Coat recibieron por sorteo ciudades de la tribu de Efraín.

67 Como ciudades de refugio les dieron Siquén, en la región montañosa de Efraín, Guézer, 68 Jocmeán, Bet Jorón, 69 Ayalón y Gat Rimón, con sus respectivos campos de pastoreo.

70 De la media tribu de Manasés les entregaron Aner y Bileán, con sus respectivos campos de pastoreo. Estas fueron las ciudades asignadas al resto de las familias de Coat.

71 Los descendientes de Guersón recibieron las siguientes ciudades de la media tribu de Manasés:

Golán de Basán, y Astarot, con sus respectivos campos de pastoreo.

72 De la tribu de Isacar recibieron: Cedes, Daberat, 73 Ramot y Anén, con sus respectivos campos de pastoreo.

74 De la tribu de Aser recibieron: Masal, Abdón, 75 Hucoc y Rejob, con sus respectivos campos de pastoreo.

76 De la tribu de Neftalí recibieron: Cedes de Galilea, Hamón y Quiriatayin, con sus respectivos campos de pastoreo.

77 Los demás descendientes de Merari recibieron las siguientes ciudades de la tribu de Zabulón:

Rimmono y Tabor, con sus respectivos campos de pastoreo.

78 De la tribu de Rubén, que está en la ribera oriental del Jordán, frente a Jericó, recibieron: Béser, que está en el desierto, Yahaza, 79 Cademot y Mefat, con sus respectivos campos de pastoreo.

80 De la tribu de Gad recibieron: Ramot de Galaad, Majanayin, 81 Hesbón y Jazer, con sus respectivos campos de pastoreo.

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Hebrews 10

About 4.1 Minutes

La Ley es solo una sombra de los bienes venideros, no la presencia misma de estas realidades. Por eso nunca puede perfeccionar a los que se acercan para adorar mediante los mismos sacrificios que se ofrecen sin cesar año tras año. De otra manera, ¿no habrían dejado ya de hacerse sacrificios? Pues los que rinden culto, purificados de una vez por todas, ya no se habrían sentido culpables de pecado. Pero esos sacrificios son un recordatorio anual de los pecados, ya que es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados.

Por eso, al entrar en el mundo, Cristo dijo:

«A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas;
    en su lugar, me preparaste un cuerpo;
no te agradaron ni holocaustos
    ni sacrificios por el pecado.
Por eso dije: “Aquí me tienes
    —como está escrito en el libro—.
He venido, oh Dios, a hacer tu voluntad”».

Primero dijo: «Sacrificios y ofrendas, holocaustos y sacrificios por el pecado no te complacen ni fueron de tu agrado», a pesar de que la Ley exigía que se ofrecieran. Luego añadió: «Aquí me tienes: He venido a hacer tu voluntad». Así quitó lo primero para establecer lo segundo. 10 Y en virtud de esa voluntad somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo de Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre.

11 Todo sacerdote celebra el culto día tras día ofreciendo repetidas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. 12 Pero este sacerdote, después de ofrecer por los pecados un solo sacrificio para siempre, se sentó a la derecha de Dios 13 en espera de que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. 14 Porque con un solo sacrificio ha perfeccionado para siempre a los que han sido santificados.

15 También el Espíritu Santo nos da testimonio de ello. Primero dice:

16 «Este es el pacto que haré con ellos
    después de aquel tiempo», afirma el Señor,
«pondré mis leyes en su corazón
    y las escribiré en su mente».

17 Después añade:

«Y nunca más me acordaré de sus pecados y maldades».

18 Y puesto que estos han sido perdonados, ya no hace falta ofrecer otro sacrificio por el pecado.

19 Así que, hermanos, mediante la sangre de Jesús, tenemos confianza para entrar en el Lugar Santísimo 20 por el camino nuevo y vivo que él nos ha abierto a través de la cortina, lo cual hizo por medio de su cuerpo. 21 También tenemos un gran sacerdote al frente de la casa de Dios. 22 Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y los cuerpos lavados con agua pura. 23 Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa. 24 Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. 25 No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacer algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.

26 Si después de recibir el conocimiento de la verdad pecamos obstinadamente, ya no hay sacrificio por los pecados. 27 Solo queda una aterradora expectativa de juicio, el fuego ardiente que ha de devorar a los adversarios. 28 Cualquiera que rechazaba la Ley de Moisés moría irremediablemente por el testimonio de dos o tres testigos. 29 ¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merece el que ha pisoteado al Hijo de Dios, que ha profanado la sangre del pacto por la cual había sido santificado y que ha insultado al Espíritu de la gracia? 30 Pues conocemos al que dijo: «Mía es la venganza; yo pagaré»; y también: «El Señor juzgará a su pueblo». 31 ¡Es aterrador caer en las manos del Dios vivo!

32 Recuerden aquellos días pasados cuando ustedes, después de haber sido iluminados, sostuvieron una dura lucha y soportaron mucho sufrimiento. 33 Unas veces se vieron expuestos públicamente al insulto y a la persecución; otras veces se solidarizaron con los que eran tratados de igual manera. 34 También se compadecieron de los encarcelados y, cuando a ustedes les confiscaron sus bienes, lo aceptaron con alegría, conscientes de que tenían una mejor herencia y más permanente.

35 Así que no abandonen su confianza, la cual ha de ser grandemente recompensada. 36 Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. 37 Pues dentro de muy poco tiempo,

«el que ha de venir vendrá y no tardará.
38     Pero el justo vivirá por la fe.
Y si se vuelve atrás,
    no será de mi agrado».

39 Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida.

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Amos 4

About 4.1 Minutes

Escuchen esta palabra, vacas de Basán,
    que viven en el monte de Samaria,
    que oprimen a los desvalidos y maltratan a los necesitados,
    que dicen a sus esposos:
    «¡Tráigannos de beber!».
El Señor y Dios ha jurado por su santidad:
    «Vendrán días en que hasta la última de ustedes
    será arreada con ganchos y anzuelos.
Una tras otra saldrán por las brechas del muro,
    y hacia Harmón serán expulsadas»,
    afirma el Señor.
«Vayan a Betel y pequen;
    vayan a Guilgal y pequen mucho más.
Ofrezcan sus sacrificios por la mañana,
    y al tercer día sus diezmos.
Quemen pan leudado como ofrenda de gratitud
    y proclamen ofrendas voluntarias.
Háganlo saber a todos, israelitas;
    ¡eso es lo que a ustedes les encanta!»,
    afirma el Señor y Dios.

«Yo les hice pasar hambre en todas sus ciudades
    y los privé de pan en todos sus poblados.
Con todo, ustedes no se volvieron a mí»,
    afirma el Señor.

«Yo les retuve la lluvia
    cuando aún faltaban tres meses para la cosecha.
En una ciudad hacía llover,
    pero en otra no;
una parcela recibía lluvia,
    mientras que otra no y se secó.
Vagando de ciudad en ciudad,
    iba la gente en busca de agua,
pero no calmaba su sed.
    Con todo, ustedes no se volvieron a mí»,
    afirma el Señor.

«Castigué sus campos con plagas y pestes;
    la langosta devoró sus huertos y viñedos,
    sus higueras y olivares.
Con todo, ustedes no se volvieron a mí»,
    afirma el Señor.

10 «Les mandé plagas
    como lo hice en Egipto.
Maté a sus mejores jóvenes por la espada,
    junto con los caballos capturados.
Hice que llegara hasta sus propias narices
    el hedor de los campamentos.
    Con todo, ustedes no se volvieron a mí»,
    afirma el Señor.

11 «Envié una destrucción
    como la de Sodoma y Gomorra;
eran como brazas,
    tizones rescatados del fuego.
Con todo, ustedes no se volvieron a mí»,
    afirma el Señor.

12 «Por eso, Israel, voy a actuar contra ti;
    y como voy a hacerlo,
    ¡prepárate, Israel, para encontrarte con tu Dios!».

13 He aquí el que forma las montañas,
    el que crea el viento,
    el que revela al ser humano sus pensamientos,
el que convierte la aurora en tinieblas,
    el que marcha sobre las alturas de la tierra:
    su nombre es el Señor Dios de los Ejércitos.

Section 4 of 4

Ps 148-150

About 4.2 Minutes

¡Aleluya!

Alaben al Señor desde los cielos,
    alábenlo desde las alturas.
Alábenlo, todos sus ángeles,
    alábenlo, todos sus ejércitos.
Alábenlo, sol y luna,
    alábenlo, estrellas luminosas.
Alábenlo ustedes, altísimos cielos,
    y ustedes, las aguas que están sobre los cielos.

Sea alabado el nombre del Señor,
    porque él dio una orden y todo fue creado.
Todo quedó afirmado para siempre;
    emitió un estatuto que no será abolido.

Alaben al Señor desde la tierra
    los grandes animales marinos y las profundidades del mar,
el rayo y el granizo, la nieve y la neblina,
    el viento tempestuoso que obedece su palabra,
los montes y todas las colinas,
    los árboles frutales y todos los cedros,
10 los animales salvajes y los domésticos,
    los reptiles y las aves,
11 los reyes de la tierra y todas las naciones,
    los príncipes y los gobernantes de la tierra,
12 los jóvenes y las jóvenes,
    los ancianos y los niños.

13 Alaben el nombre del Señor,
    porque solo su nombre es exaltado;
    su esplendor está por encima de la tierra y de los cielos.
14 ¡Él ha dado poder a su pueblo!
    ¡A él sea la alabanza de todos sus fieles,
    de los hijos de Israel, su pueblo cercano!

¡Aleluya!

¡Aleluya!

Canten al Señor un cántico nuevo,
    alábenlo en la comunidad de los fieles.

Que se alegre Israel por su Hacedor;
    que se regocijen los hijos de Sión por su Rey.
Que alaben su nombre con danzas;
    que le canten salmos al son del arpa y el pandero.
Porque el Señor se complace en su pueblo;
    a los humildes concede el honor de la victoria.
Que se alegren los fieles por su gloria;
    que aun en sus camas griten de júbilo.

Que broten de su garganta alabanzas a Dios
    y haya en sus manos una espada de dos filos
para que tomen venganza de las naciones
    y castiguen a los pueblos;
para que sujeten a sus reyes con cadenas,
    a sus nobles con grilletes de hierro;
para que se cumpla en ellos la sentencia escrita.
    ¡Esta será la gloria de todos sus fieles!

¡Aleluya!

¡Aleluya!

Alaben a Dios en su santuario,
    alábenlo en su poderosa expansión del cielo.
Alábenlo por sus proezas,
    alábenlo por su inmensa grandeza.
Alábenlo con sonido de trompeta,
    alábenlo con la lira y el arpa.
Alábenlo con panderos y danzas,
    alábenlo con cuerdas y flautas.
Alábenlo con címbalos sonoros,
    alábenlo con címbalos resonantes.

¡Que todo lo que respira alabe al Señor!

¡Aleluya!


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